Camino Inca Salkantay a Machupicchu

Inicio del viaje. Conexión con la historia. Primer encuentro con los gigantes andinos. Desde temprano, realizamos el recojo en tu hotel en Cusco, punto de partida de una travesía que transformará cuerpo, mente y espíritu. Nos dirigimos hacia el complejo arqueológico de Tarawasi, un sitio ceremonial inca que aún conserva su energía ancestral. Aquí, entre muros de piedra perfectamente ensamblados, comenzamos a conectar con el legado que nos espera.

Luego, el camino nos lleva por paisajes cambiantes hasta Soraypampa (3,900 m), donde el aire se vuelve más puro y los nevados del Humantay y Salkantay se alzan majestuosos, como guardianes del Ande. Este es el primer gran momento visual del viaje: una postal viva de glaciares, cielo profundo y silencio sagrado.

Tras una pausa para aclimatación y preparación, iniciamos la caminata en ascenso hacia Pampa Japonesa, nuestro primer campamento. Este tramo, rodeado de vegetación de altura y vistas panorámicas, marca el verdadero comienzo del trekking. Cada paso nos acerca a la esencia del Salkantay, mientras el cuerpo se adapta y el alma se expande.

Altitud aproximada en campamento: 4,250 m.s.n.m

Duración de caminata: 3 a 4 horas

Tras un reparador descanso en Pampa Japonesa, iniciamos el día con un ascenso progresivo hacia el paso Incachiriaska (4,880 m s.n.m.), uno de los puntos más elevados y simbólicos de la ruta. Su nombre, que en quechua significa “donde el Inca se enfrió”, evoca leyendas de resistencia y espiritualidad. Aquí, entre el viento puro y las cumbres nevadas, es posible avistar aves altoandinas como el caracara cordillerano o el pitajo de montaña, que acompañan silenciosamente nuestro avance.

Desde este punto, el sendero desciende suavemente a través de un valle amplio y serpenteante, donde el paisaje se transforma: pastizales dorados, riachuelos cristalinos y vestigios de antiguos caminos incas nos guían hacia Pampacahuana, un poblado que conserva intacta su esencia rural.

Por la tarde, el trekking se convierte en experiencia humana: compartimos vivencias con los pobladores locales, aprendiendo sobre sus costumbres, tejidos, cultivos y formas de vida en armonía con la montaña. Este encuentro auténtico añade una dimensión emocional al viaje, recordándonos que el turismo puede ser también un acto de respeto y reciprocidad.

Altitud máxima: 4,880 m.s.n.m (Paso Incachiriaska)

Altitud en campamento: 3,850 m .s.n.m(Pampacahuana)

Duración de caminata: 6 a 7 horas

ras el amanecer en Pampacahuana, iniciamos una jornada de descenso progresivo por un valle que poco a poco se estrecha, revelando un paisaje más íntimo y serpenteante. El río que nos acompaña se vuelve angosto, marcando el ritmo de una caminata contemplativa, ideal para conectar con la geografía viva de los Andes.

En el trayecto, llegamos al complejo arqueológico de Inkaracay (Paucarcancha), un sitio inca menor pero cargado de simbolismo. Sus terrazas, canales y estructuras de piedra nos hablan de una civilización que dominaba la ingeniería y la espiritualidad en perfecta armonía con la montaña. Aquí realizamos una visita guiada, ideal para fotografía, reflexión y conexión cultural.

La ruta continúa hasta Wayllabamba (3,000 m s.n.m.), un poblado que marca el fin de la primera fase del trekking. Al llegar, se realiza el cambio logístico: nuestro equipo de apoyo y caballos retornan a Yanama, y damos la bienvenida a los porteadores que nos acompañarán en la segunda fase, por el legendario Camino Inca.

Este día representa una transición: del trekking salvaje y glacial del Salkantay, al sendero ancestral que conduce directamente a MachuPicchu. El cuerpo se adapta, la mente se prepara y el corazón late con más fuerza.

Altitud mínima: 3,000 m.s.n.m (Wayllabamba)

Duración de caminata: 5 a 6 horas

Desde el campamento en Wayllabamba, iniciamos una jornada que muchos consideran el día más exigente y transformador del Camino Inca. La caminata comienza atravesando el Valle de Wayllabamba, donde la vegetación cambia progresivamente: de zonas templadas y fértiles a bosques húmedos de altura, hasta llegar a los pastizales altoandinos. Este tramo es una lección viva de zonificación ecológica, ideal para observadores de flora y fauna.

El gran reto del día es el ascenso al Paso Warmiwañusca (4,200 m.s.n.m.), también conocido como el “Paso de la Mujer Muerta”. Su nombre evoca la silueta de una montaña que, según la cosmovisión andina, representa una figura femenina en descanso eterno. Alcanzar esta cima no solo implica esfuerzo físico, sino también una conquista emocional: cada paso es una afirmación de voluntad, resistencia y conexión con el entorno.

Desde la cima, iniciamos el descenso hacia Pacaymayo, nuestro próximo campamento. El cambio de altitud trae consigo nuevos paisajes, temperaturas más frescas y una sensación de logro profundo. Este tramo es ideal para la contemplación, la introspección y la fotografía de altura.

Altitud máxima: 4,200 m.s.n.m (Warmiwañusca)

Altitud en campamento: 3,600 m.s.n.m (Pacaymayo)

Duración de caminata: 6 a 7 horas

La jornada comienza con energía renovada desde el campamento en Pacaymayo, para enfrentar el segundo gran desafío del Camino Inca: el ascenso al Paso Runkurakay (3,920 m.s.n.m.), rodeado de vegetación nubosa y misterio. Este tramo, aunque exigente, está cargado de simbolismo: se dice que los antiguos peregrinos lo cruzaban como parte de una preparación espiritual antes de llegar a la ciudad sagrada.

A lo largo del día, el sendero nos lleva por una secuencia de complejos arqueológicos suspendidos en el tiempo. Primero, Sayacmarca, una ciudadela inca construida sobre un promontorio rocoso, con vistas que cortan el aliento. Luego, Phuyupatamarca, conocida como “la ciudad sobre las nubes”, donde los canales de agua aún fluyen como si el tiempo no hubiera pasado.

El descenso continúa por un tramo de escalinatas y vegetación subtropical hasta llegar a Intipata, un conjunto de terrazas agrícolas con vistas panorámicas al valle. Finalmente, alcanzamos Wiñaywayna, el último campamento antes de Machu Picchu. Su nombre significa “eternamente joven”, y su energía lo confirma: es el lugar donde el cuerpo descansa, pero el alma se prepara para la revelación final.

Altitud máxima: 3,920 m.s.n.m (Runkurakay)

Altitud en campamento: 2,650 m.s.n.m (Wiñaywayna)

Duración de caminata: 7 a 8 horas

La jornada comienza antes del alba, cuando el silencio de la montaña aún guarda los sueños de los antiguos caminantes. Desde Wiñaywayna, emprendemos la última caminata hacia el mítico sector de Intipunku (Puerta del Sol), el acceso ceremonial a MachuPicchu. A medida que el sol emerge entre las cumbres, la ciudadela sagrada se revela ante nuestros ojos: una visión que conmueve, inspira y transforma.

Tras una pausa para contemplar este momento único, ingresamos a MachuPicchu para una visita guiada que recorre sus templos, plazas y miradores, desentrañando los misterios de su arquitectura y espiritualidad. Cada paso dentro de la ciudadela es una conexión directa con el legado de los Incas.

Al finalizar la visita, descendemos en bus hacia Aguas Calientes, donde tendremos tiempo para almorzar o explorar brevemente. Luego, abordamos el tren panorámico que nos llevará de regreso a Cusco, atravesando valles, ríos y paisajes que parecen salidos de un sueño. Al llegar, un representante de la empresa estará esperando para el traslado privado al hotel, cerrando esta experiencia con el cuidado y la atención que mereces.

Altitud en Intipunku: 2,720 m.s.n.m

Altitud en Machu Picchu: 2,430 m.s.n.m

Duración de caminata: 2 horas aprox.

Transporte: Bus a Aguas Calientes + Tren a Cusco + Traslado al hotel

Momento cumbre: Ver el Amanecer en MachuPicchu desde la Puerta del Sol